Casa y Fonda 1888 - Alcalá de Henares, Madrid

Lucrecia H. A.

Estuve en este hotel a cenar en su restaurante. La cena fue espectacular. Todo riquísimo, una cocina que ha innovado con los platos tradicionales y se te saltan las lágrimas. Si vas, no te olvides pedir su plato estrella elaborado con oreja de cerdo. Una exquisitez absoluta. Lo recomiendo 100%

Po (.

Hemos estado en el restaurante. Ambiente muy agradable, trato educado y familiar. Aunque hemos consumido el menú del día, ha sido una gran experiencia. Los platos bien elaborados y bien presentados pero sobre todo sabrosos. Para repetir en próximas visitas.

Patxi M.

Buscando un sitio para comer nos decidimos por este lugar. Muy bonito y amplio en el interior. Carta variada y curiosa. Raciones muy correctas y gran calidad de género. El canelón de chipirón, los puerros , las alcachofas, todo riquísimo. Precios razonables y una muy buena atención del personal.

Natalia S.

Comimos allí un viernes el menú del dia, todo muy rico uno de 17€ y otro de 22€ porque según el segundo plato alguno lleva recargo. El problema es que tuvieron dos detalles que estropearon la experiencia. El primero, pedí tinto de verano como bebida en mi menú, que me avisaron no entraba, por ahí perfecto pero mi sorpresa fue que me cobraron 5,50€ por ello, entiendo un suplemento, pero no ese sablazo más aún cuando se están ahorrando mi bebida del menú, lo justo sería cobrar un suplemento como hacen con los segundos. Por otra parte cuando terminamos a la mesa de al lado, también comiendo un menú les ofrecieron un chupito cortesía de la casa y a nosotros no, es un detalle muy feo típico de bar de pueblo en el que a los lugareños les ponen aperitivo y a los foráneos no. En fin muy agridulce.

Llingua L.

Un hotel muy bien situado, en pleno centro de la ciudad y con un aparcamiento a cinco minutos en el mercado. Habitaciones amplias y bien equipadas. Por ponerle un pero, el olor a sumidero del baño y la ducha de piso continuó de la que se salía el agua hacia fuera.

ROSALIA M. R.

En plena plaza de Cervantes de Alcalá de Henares, muy buen restaurante con una carta no muy amplia pero de buena materia prima (carne y pescado) y cocina más creativa e innovadora en entrantes y platos a compartir. Espectacular la tostá de anchoas y salmorejo, así como el pisto con chistorra. Muy buena también la ensaladilla y la torrija con helado de postre. Servicio muy atento y profesional. Muy recomendable.

Amparo D. C.

Restaurante carillo para un bolsillo modesto. Si está excelentemente ubicado y la comida buena con platos originales. Como puntos negativos señalaría que cobran 5€ por las patatas fritas, no vienen incluidas con la carne. Nos trajeron unos pimientos “cortesía de la casa” y luego nos cobraron “entrantes y pan”, no sé a qué harían referencia esos entrantes sino a los pimientos. También se confundieron con el punto de la carne, supongo que porque no me oyeron bien porque en el tiquet también estaba mal (fuimos en puente así que es entendible estarían hasta arriba). No repetiría pero si recomiendo probarlo.

Alfonso N.

Disfrutamos de la mayor parte de los platos (la oreja, pico de gallo y saam, el rodaballo brasa y pilpil, el magret de pato y trigo guisado, y de postre la torrija y helado de turrón).

Pequeños matices mejorables: croquetas cremosas pero algo insípidas si no llegan a llevar el velo de bacalao ahumado. No aprecié la pimienta verde de la salsa de la raya a baja temperatura. Las setas cultivadas con huevo las transformaría por setas de temporada; este plato fue el más flojo.

Recomiendo el maridaje con un buen verdejo, como el Belondrade Apolonia.

Buena atención y simpatía.

En nuestra segunda visita (4/I/25) pudimos disfrutar de otra buena experiencia gastronómica.

Entre los entrantes buenas croquetas de bacalao, una alcachofa mejorable, puerros magníficos y de nuevo la oreja glaseada que esta vez la lechuga del acompañamiento llevaba un poco de vinagre de Jerez de más.

De los principales los 3: la pluma y la presa ibéricas; y el rape estaban de rechupete. Aquí saben cocinar con brasas y darle fundamento de sabor a los platos, como el caldo de cocido que ligaba una rica salsa con el buen rape.

Personal muy dispuesto y detalles de nivel como los chupitos de despedida (limoncello Villa Massa y pacharán Baines etiqueta negra).

Como dice el refrán, "no hay dos sin tres".