Pep P.
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Pesadilla en los Monegros
Al puro estilo de uno de los programas de Alberto Chicote, este es el resumen de la experiencia que vivimos en nuestro fin de semana en los Monegros.
Somos un grupo de fotógrafos y todo empezó cuando decidimos pasar un fin de semana visitando los tozales para fotografiar la Vía Láctea. Con bastantes semanas de antelación, dada la poca oferta en la zona, nos centramos en estar todos juntos y en una zona próxima a las localizaciones. Uno de los sitios con mejor valoración de la zona era precisamente ‘La Sardiruela’.
Ante todo tengo que decir que se planificó la reserva con bastante antelación, en previsión de cualquier imprevisto y pagando la casa por anticipado.
4 horas antes llamamos al propietario para informarle de la hora aproximada de llegada dado que teníamos por delante casi 400km. Nos informó que no había problema que cuando llegásemos le telefoneásemos de nuevo que estaría por el pueblo.
La llegada fue del todo surrealista, al puro estilo reality show. La casa no estaba preparada, el propietario (con una sonrisa de oreja a oreja) se daba prisa en pasar el mocho por el suelo y limpiar las cacerolas de la cocina, mientras nos comunicaba que estaba muy contento porque hacía mucho tiempo que la casa no estaba tan ocupada y que había tenido que echar a los temporeros porque llegábamos nosotros, a lo que nos miramos sorprendidos ya que nos daba la sensación de que si no hubiésemos llamado antes de salir, a lo mejor hubiésemos tenido que compartir con los temporeros la casa que ya teníamos reservada.
Empezamos la inspección de la casa y vimos como aparte de no estar higiénicamente en condiciones, teníamos 2 habitaciones inoperativas ya que en una había una plaga de hormigas y en otra de hormigas voladoras. No somos muy exigentes, pero encontrarnos los calcetines de alguien colgando de una silla no se puede decir que sea la definición de casa preparada para alquilar donde te apetezca pasar el fin de semana, no siento, pero no.
Lo más curioso vino a continuación, cuando después de comentarle todo lo que habíamos visto con un repaso rápido y solicitarle al propietario los juegos de toallas que no estaban en ningún sitio, las llaves y algún remedio para las plagas de bichos, nos sale con que todo lo llevaba él y que tenía que abrir el restaurante (suponemos que era el ‘otro’ negocio que tenía), que no sabía dónde estaban las llaves y que seguramente las tenían los temporeros. Nos indica que sale a buscar las llaves y algún insecticida para matar las hormigas, dejando el resto de la casa en las mismas condiciones, tal y como nos la habíamos encontrado…
… una hora y media después todavía no había regresado…
Decidimos llamar a Booking para comunicar la situación y finalmente resolvimos dejar la casa, ya que no reunía las condiciones mínimas para pasar el fin de semana. ¡¡Un 10 para Booking por su rápida gestión!!
Me cuesta mucho hacer una crítica dura a un establecimiento por una chorrada sin importancia que en definitiva perjudica más que ayuda, pero tengo que decir que en este caso esta crítica está muy justificada, sobre todo por los inconvenientes que nos provocó la mala organización de este propietario y la deplorable gestión de su negocio. Desconozco el motivo de tan alta valoración en este establecimiento, pero puedo asegurar que este fin de semana cumplió con todos los requisitos para considerar lo acontecido como una mala praxis del código de responsabilidad empresarial que debería ser revisada por este señor, y al igual que hace Alberto Chicote, forzar un punto de reflexión y tomar una decisión de mejora o de cierre… Porque señor, así no se puede llevar un negocio.
Lo que fue debió ser, pero lo que ahora es, no es.
Lo que sí es, un 0 es. Nuestra valoración.
Valoramos en Google dado que Booking al cancelar la reserva no nos da la opción de colgar la crítica. En este caso mal para Booking!!.
