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Nöla nos encantó. Pedimos su menú degustación por 38,90€ compuesto por ciruelas rellenas de rilletes de corzo, lechugas con aliño de miel y yogur de aceite de oliva; raviolis rellenos de boletus, praliné de nuez y hierbas frescas; canelones de pilar da, toffe de cebolla y bechamel trufada + torrija de pan de brioche con helado artesano de leche merengada.

Además, pedimos su menú ´Tradición y Sabor` por 32,60€ compuesto por migas de pan de hogaza con papada y huevo cocinado a baja temperatura; albóndigas de jabalí en pepitoria de almendras al ras el hangout + mousse de leche de oveja (quizás esto fue lo que menos gustó)

A destacar el servicio, muy atento.

Nuestros platos favoritos fueron los canelones de pularda, torrija, raviolis de boletus.

Volveremos a Nöla cuando visitemos Sigüenza

Normix G. M.

Fuimos para celebrar mi cumpleaños y tener una experiencia gastronómica después de leer los comentarios.

Respecto al local se ubica en la Casa del Doncel, un entorno histórico, está muy cuidado, es acogedor y parece que el tiempo allí se para.

Servicio. Atento pero deberían transmitir con más pasión la elaboración de los platos, que seguro era minuciosa.

Comida. Probamos 2 menús diferentes el degustación y el tradición. Respecto a las migas les faltaba papada y sabor, eran mejorables. Todo nos sabía parecido, comida muy elaborada donde a penas identificabas los ingredientes porque estaban triturados. Nos gustaron los canelones y uno de los postres. Lo que más nos gusto fue el aperitivo con olivas con salsa y el chupito de sopa castellana.

Calidad precio nos pareció caro.

Iris G.

Fantástico, nos recomendaron coger dos menús para poder probar gran parte de la carta,y ha sido todo un acierto!!
Espectacular el trato recibido por los camareros y una comida deliciosa , SÚPER RECOMENDABLE
Volveremos sin duda !!!

Fran M.

Salimos algo decepcionados…
Vinimos por la buena puntuación en Google y no nos ha gustado demasiado.
Para comer solo podíamos elegir o todos menús, o todos de carta. Podrían ser algo más flexibles.
Nos decidimos por 4 menús. Y los platos no nos gustaron mucho.
Si nos gustó el salmorejo de centollo y unos canelones trufados.
Los postres nada especiales. El mousse de leche venía con una pasta de galleta en el fondo que no es agradable.

El precio es caro.
La atención puede mejorar también.

No volveríamos.

Héctor L.

¡Un descubrimiento fantástico!
Después de un par de días por Sigüenza y con sinceridad, no muy bien sabor de boca en cuanto al trato y cercanía de sus gentes, nos encontramos con ésta extraordinaria propuesta la cuál hace valorar una nueva visita.
La propuesta del local situado en la Casa del Doncel de Sigüenza es sencilla, clara y acogedora teniendo en cuenta que se encuentra en un espacio polivalente. Ya de inicio sorprende lo conseguido.
Referente a la carta y su bodega, clara, concisa y variada.
El auténtico espectáculo comienza al degustar sus platos.
Mezcla de tradición, contundencia e innovación a partes iguales. De alucinar, no te canses de probar y experimentar.
En cuanto al trato; amable, sincero y de gran ayuda en sus consejos.
Ha sido un verdadero placer qué sí viajas a éste rincón de España no puedes, ni debes dejar de visitar.
Hasta la próxima!!!

Marina

Relación calidad-precio inmejorable. Servicio y comida de Estrella…platos originales y bien elaborados. No te vayas de allí sin probar su mousse de leche de oveja ni sus raviolis.

Carlos S.

Precioso restaurante con varios ambientes distintos, con una terraza estupenda muy agradable.
Muy buen servicio por parte del camarero que nos recomendó platos y cantidades.
Las migas buenas pero les faltaba papada y algo más de su sabor.
El arroz bastante bueno, pero un pelín pasado.
Los canelones de 10. Recomendadisimos
El postre de torrija muy rico y sabroso. Muy compensado.

Ciudadano M.

Hemos ido a este restaurante al ser la primera recomendación que nos daban de él en nuestro y hay que reconocer que merece la pena y mucho.
La entrada ya es muy particular, al encontrarse adosado a la antigua casa del Doncel de Sigúenza. Se entra al restaurante bajando una escalera pronunciada y se cruza un pequeño tramo de canto rodado original, en el que se puede apreciar las marcas de las ruedas de los carruajes, como indica un cartel.
El restaurante está dividido en varias estancias a diferentes alturas, con paredes de piedra y mesas de buen tamaño para dos comensales.
Los camareros que nos atendieron, excelentes ambos, con un trato cordial, correcto y profesional.
La comida, qué decir. Exquisita. Probamos en total seis platos, pero todos ellos preparados con mimo, muy bien presentados y deliciosos: migas (suaves pero con carácter), tartar de tomate (está fuera de carta y quizás no esté todos los días), cordero (se deshace de tierno que está), canelones rellenos de pularda con toffee de cebolla y bechamel atrufada (exquisitos), la torrija con helado de chocolate (obligatorio probarla...) y la tarta casera al whisky. Enhorabuena al cocinero.
La relación calidad precio muy correcta.
Sin duda, un restaurante muy recomendable para todo aquel que visite Sigüenza o alrededores.