Torre del Marqués Hotel Spa & Winery, an SLH Hotel - Monroyo, Teruel

Marta T.

Una estancia de lujo y fantásticamente tranquila en pleno corazón del Matarraña. Todo el hotel respira calma y quietud; hecho de piedra y madera, es cálido, ancho y luminoso, lleno de salas y salitas donde contemplar el paisaje y el paso de las horas sin prisa alguna.|La habitación, cómoda, moderna y con unas vistas espectaculares, garantiza descanso y reposo sin interrupción alguna. Además, nos trataron con una sincera amabilidad en todo momento, haciéndonos sentir como en casa (¡o mejor!)|Y como guinda del pastel, su restaurante. Le hemos dejado una reseña aparte; pero no podemos obviar mencionar su espectacular cocina a base de productos de proximidad, calidad y gastronomía de la mano de un gran chef, ¡absolutamente recomendables!|Esperamos repetir la experiencia pronto!

Mely S.

Hemos pasado un fin de semana estupendo, se han portado muy bien con nosotros en todo momento tanto en recepción como en el restaurante , Marina muy profesional y atenta y por la noche nos atendió Pamela q también lo hizo genial y con una sonrisa.
Hay q decir q la comida era muy buena y q se puede disfrutar del restaurante sin necesidad de estar alojados,lo q tambien es una ventaja.
La habitación muy bien decorada,amplia y con unas vistas inmejorables.
Sin duda volveremos.

Angela L.

Excepcional. Posiblemente la mejor experiencia que hemos tenido en mucho tiempo. Las instalaciones con todo detalle, la atención del equipo cuidadisima pero cercana, el entorno precioso con una iluminación excelente y la comida exquisita, propuestas muy originales con resultados muy sabrosos pero sin estridencias. De 10!!
Gracias Oscar por vuestra apuesta!!!

Esther B.

Un lugar excepcional,donde es imposible no desconectar. Habitaciones, entorno de Lujo... una crítica constructiva menos carta en el restaurante que parece una novela y lo que se cocine de calidad... La verdad a nosotros la restauración nos defraudo una cena súper lenta 3 horas y los platos no acompañan para nada al lugar.
El desayuno bien con unas vistas inmejorables.
Esperamos que para la próxima la carta haya mejorado.

Bernardo R.

Hotel extraordinario para relajarse en un entorno de lujo funcional, donde nada está de más, dispone de viñedos propios con la posibilidad de disfrutar de una cata comentada de sus vinos, que están en un proceso de implantación, pero vistos desde una forma diferente a la habitual.
La finca ofrece espacio para el paseo, el ejercicio, el senderismo, bicicletas propias del hotel o incluso caballos.
El entorno es el apropiado para perderse y relajarse, rodeados de montañas suaves llenas de pinos y un valle agradable, aislado, lo que proporciona, en las noches despejadas un cielo estrellado como en pocos sitios he visto.
La cocina es muy buena con productos sencillos y de proximidad con una atención esperada por paté de todo el personal.
Y disponen e un pequeño spa, para ser usado de forma individual o por parejas, lo que proporciona un magnífico remate para unas jornadas de retiro del bullicio urbano.

Lucía S.

Este puente de noviembre fui con mi familia,somos 27 personas, es decir, ocupamos el 80% del hotel.
Algunos queríamos un masaje y no pudimos por no tener personal suficiente para ello.
Alguna habitación se olvidaron de limpiarla.
Pudimos llevarnos tapers con comida,ya que habia demasiada comida.
Desayuno correcto.
Habitaciones espaciosas,el baño demasiado bajo y la bañera peligrosa porque resbala casi me caigo.
Servicio de tomar algo después de cenar,cierra muy pronto.

agnes V.

Quiero compartir la experiencia que hemos tenido este fin de semana alojándonos en el Hotel Torre del Marqués.

He de decir, que yo reservé en el Palacio Matutano Daudén, porque se encontraba ubicado en un lugar mucho más accesible y con mas propuestas, por estar dentro de un pueblo, y que al haber cerrado, nos ofrecieron la alternativa de alojarnos en Torre del Marqués por el mismo precio, a pesar de ser de categoría superior, por lo que acepté encantada.

La ubicación es preciosa, está en medio de la nada, así que es para gente que esté buscando desconectar totalmente. Hasta el pueblo más próximo son unos 15 minutos en coche, por una carretera estrecha por el bosque. Muy bonita, pero cuidado si tenéis pensado moveros tras el atardecer.

Una vez llegas, te recibe el personal, que es encantador, de lo mejor que tiene el hotel, aunque en mi opinión, muy escaso para el servicio que debería ofrecer un hotel 5 estrellas, ya que no pueden dar la atención esperada.

La habitación es muy bonita, aunque no es muy grande. Es muy ruidosa, no está insonorizada, escuchamos toser al de al lado, reir al de arriba, y llorar al niño de abajo.
El baño tiene la puerta de cristal, no hay intimidad.
Además, no supimos hacer funcionar la ducha, y el personal tampoco sabía.
No hay tele, según nos dijeron, "para fomentar la desconexión", en su lugar, te ofrecen una tablet. Mismo nivel de deconexión que con una tele, pero más incómodo. Prefiero tener la tele con opción a no encenderla si quiero desconectar.

En cuanto al SPA, está genial que sea privado, tienes 1h solo para tí y tu pareja, aunque de nuevo, decepción, no hay jacuzzi, para mí, un imprescindible en un spa... Además, no sé si era lo normal, el agua de la piscina estaba fría. No fue muy relajante. Tampoco estaba muy limpio.

El desayuno, he leído en otras reseñas que escaso, pero para mí estuvo bien. Hay de todo y te hacen lo que te apetezca a la carta también. De nuevo, el punto en contra es que para los dos salones, solamente hay una persona atendiendo.

En definitiva, es un lugar precioso, con muchísimo potencial, un interiorismo increíble, y que junto al personal, es cálido e invita a quedarse, pero que para mi, funcionaría mejor como un hotel rural, de menor categoría, ya que a nivel servicios es muy austero, y al que le falta mucho personal.

Ana C.

El lugar donde esta enclavado el hotel es de cuento de hadas. Permite, al mismo tiempo, desconectar de la rutina y tener la intimidad que mezcla exclusividad y cuidado personal. ||Cada rincón esta cuidado con mimo. Una de las cosas que más nos gusto fue los diferentes espacios que tienen para tomar algo o picar con vistas al bosque y la montaña. Da la sensación de que está ahí solo para ti.||La comida del restaurante exquisita. Nos dieron a escoger entre varios menús, con maridaje o sin él. Comenzamos con una cata de aceites que conquistó a los niños.||íbamos con dos niños (de 2 y 4 años, quien ha sacado las fotografías del entorno,) y el personal tuvo muchísimo tacto y respeto hacía ellos. Lo que más disfrutaron fue ver a los caballos que hay en la finca y la piscina del hotel al aire libre.